El derecho de una niña vejada,
ante la tiranía caduca de la sotana
La corrosión devastadora e infernal de la cruz
tiembla ante lo justo, ante la ciencia y la verdad;
así como tembló inquisidor al medio de la edad,
hundiendo en oscurantismo, su cabeza de avestruz
Idiotas renegados de la Sagrada Ley Natural
y de la Ley que para el orden impuso el hombre.
Hoy el barro aristotélico sin poder ni renombre,
al viento rumia impotente, su vocecilla gutural
Cuán grande es el temor perverso de la sotana,
ante la grandeza e inmortalidad de los genios;
ante el inminente progreso moral de los milenios
ante la dictadura e imperio de la justicia humana
Poco importa al cambalache de valores del cura,
la actitud infame y peligrosa del sucio criminal;
pues, es estilo de hiena; es vil instinto animal,
que infiere a maltrecha víctima, mordida segura
Es Ley de Razón que violentado vientre inocente,
la impúdica semilla sembrada de factum o de hecho,
proteger en su seno tiene el indiscutible derecho
o abortarla como cáncer, del cuerpo y la mente
En el Sinaí los elegidos, tablas sagradas recibieron;
donde el alevoso asesinato es mercancía prohibida;
mas al mal arrancaron de cuajo, quitándole la vida;
pues ante la mano de Dios, los inicuos sucumbieron
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